jueves, 18 de noviembre de 2010

Clima cambiante, economía cambiante.


El propósito de este artículo, es explorar cómo los impactos del cambio climático pueden ser mejor encarados a través de cambios en los sistemas económicos y en las teorías macroeconómicas empleadas para ayudarnos a comprender y orientar nuestras economías.
Las percepciones habituales de lo que constituye una economía saludable contienen muchos elementos que no son sustentables desde el punto de vista medioambiental. Por lo tanto, el desafío consiste en promover cambios en el funcionamiento de la economía como:
  • Reducir a un nivel aceptable, lo más rápidamente posible, los daños ambientales              provocados por la actividad económica. 
  • Mantener o aumentar el bienestar humano en el presente.
  • Preservar y, de ser necesario, rehabilitar los recursos productivos que se requieren para mantener o mejorar el bienestar humano en el futuro.
  • Hacer frente a los daños inevitables causados al medioambiente natural y al social.



Estos desafíos son especialmente importantes en lo que respecta a las actividades económicas que resultan significativas en la generación del cambio climático, el cual tiene enormes consecuencias potencialmente perjudiciales para el bienestar humano y la salud ecológica.

 El pensamiento contemporáneo en lo que respecta al cambio climático define dos tipos de actividades claramente diferenciadas.

El primero es la mitigación: actividades que han de reducir o detener las causas de un mayor cambio climático.

El segundo aspecto del desafío que afrontamos es el de la adaptación: actividades concebidas para hacer frente a los impactos perjudiciales del cambio climático.

Durante los próximos diez a quince años resultará esencial poner mayor énfasis en la mitigación, ya que cuanta mayor mitigación se logre, menos tareas de adaptación serán necesarias. Sin embargo, los efectos del cambio climático ya se comienzan a sentir en muchas partes del mundo, y se sentirán con mayor intensidad en los años venideros, incluso en el escenario más optimista de los esfuerzos de mitigación. El impacto ya ocasionado en la atmósfera por los gases de efecto invernadero implica que se han de afrontar enormes costos de cambio climático en términos financieros y en términos de sufrimiento humano que simplemente no pueden evitarse.

Estas son algunas de las razones por las que es necesario un nuevo pensamiento económico, al igual que se necesita renovar algunos de los viejos conceptos, para que la raza humana se adapte a las catástrofes asociadas con el clima que han de ocurrir durante el transcurso de nuestras vidas. Un esfuerzo eficaz para hacer frente a estos desafíos deberá lograr la convergencia de corrientes de pensamiento que en ocasiones, en el pasado, aparentemente estaban en conflicto.


En el siguiente video nos podemos dar cuenta que el cambio de clima o  calentamiento global, puede traer graves consecuencias al desarrollo humano y económico a nivel mundial, especialmente a los países de bajos recursos, pues éstos no tienen los recursos suficientes para afrontar dicha situación. Debemos mirar más allá de la situación y pensar que en un futuro las consecuencias serán más fuertes. El fin de éste video es concientizar al ser humano y a los países especialmente a las potencias mundiales, a que trabajen y luchen juntos para hacer frente al cambio climático para lograr una estabilidad sin que afecte el crecimiento de cada país, todavía estamos a tiempo de evitar las catástrofes que pueden causar si se adoptan las mejores medidas para que el mundo no se vea negativamente afectado. Tomemos el reto de salir adelante y no nos quedemos con la costumbre de ver que las cosas siempre llegan a lo peor, abramos puertas para que las economías sean mucho mejor.







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